jueves, 13 de septiembre de 2007

San Miguel de Ibarra o simplemente Ibarra


Llegué a Ibarra en la noche y Olivier Pierard me esperaba en su oficina, como a 6 cuadras de la terminal de transportes.

A Olivier lo conocí también por el sistema de intercambio, pero esta vez no "The Hospitality Club" sino "Couchsurfing" (www.couchsurfing.com).

Olivier es belga de nacimiento, pero ha vivido mucho tiempo en América Latina, pues trabaja en proyectos de desarrollo, está casado con una mexicana y tiene tres hijos. No todo el tiempo vive en Ibarra, pero felizmente para mí se encontraba aquí en las fechas en que yo venía.

Me quedé dos noches en su casa y fué una experiencia muy bonita. Olivier es muy culto, como buen europeo y conversamos mucho acerca de todo, de política a viajes pasando por el calentamiento global. Además disfruté en su casa de deliciosos panes, quesos y vino Boliviano que nunca antes había probado.

Ibarra, la llamada "ciudad blanca" si es una ciudad, de hecho más grande de lo que me la imaginaba, pero de blanca no tiene nada. Los habitantes alegan que se debe a que los temblores obligaron a derrumbar la mayoría de los caserones antiguos (que si eran blancos), pero nada que hacer: La ciudad blanca sigue siendo Popayán.

Caminé por sus calles, fuí a mercados parecidos a los Sanandresitos colombianos, pero donde los vendedores son básicamente indígenas, vestidos aún con sus vestimentas tradicionales.

Fuí a comer helado de paila en la tradicional heladería "Rosalía Suárez", la cual fué inaugurada por la propia Rosalía en el año 1896. Hoy en día es atendida por su bisnieta, pues Rosalía murió a los 104 años de edad.
El helado de paila es tradicional de la región y se prepara de una forma singular: En una ponchera ponen una cama de paja, sobre ella hielo con sal en grano (para conservar el frío) y encima una paila de bronce con el jugo de fruta. La paila se vá girando sobre el hielo y el jugo que se va congelando en las paredes de la paila va siendo raspado y retirado. El proceso se repite hasta que se congela la totalidad del jugo. Los helados son deliciosos!

Lo más interesante de Ibarra son los alrrededores... pero esa es una historia nueva.

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