martes, 11 de septiembre de 2007

Pasto y los pastusos

Continuando pues con las historias de viaje, Darío y Merce me dieron un tour por Pasto.

La ciudad es más grande de lo que yo me la imaginaba. Estuvimos en la plaza principal comiendo helado de chupón (una especie de híbrido entre bolis y raspado), me tomé fotos frente a la iglesia y al edificio donde una vez estuvo preso Simón Bolivar.

Hay que reconocer que los chistes sobre los pastusos son crueles, pero también hay que reconocer que la fama no es gratuita.
Fuimos Merce y yo a sacar plata de un cajero electrónico y habían alrededor de 10 personas adelante de nosotras. No se imaginan lo que nos demoramos. El promedio era de 4 intentos por persona antes de que el cajero les diera plata. Un señor bloqueó su tarjeta por meter el pin equivocado. Otro trataba de hacer la transacción con el casco de la moto puesto y como obviamente no veía nada, el señor que estaba detrás en la fila le gritaba: "Ahora meta la clave, pues", "Ahora ponga cuanto quiere, pues"... En fin, nos reímos muchísimo y concluímos que pastuso.... es pastuso!

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