martes, 9 de octubre de 2007

Lima


Llegué a Lima temprano, a casa de Fanny Mora, que es colega de mi mamá de la Liga de la Leche.

Fanny vive en un departamento en Barranco, un distrito precioso de Lima, con su esposo François que es francés y sus dos hijos Izïa y Loïc de 11 y 5 años.

No se imaginan como comí en Lima! Probé muchísima cocina típica peruana absolutamente deliciosa, pulpo al olivo, cebiche mixto, arroz con mariscos... en fin, me quito el sombrero ante las delicias que saben preparar.
Caminamos por Barranco, cruzamos el Puente de los Suspiros, que según cuenta la leyenda, le cumple un deseo a quien lo cruce sin respirar. Llegamos hasta el mirador y luego fuimos a un museo de arte local y Ayacuchano.

Estuve también en el centro de Lima con Víctor, amigo del Couchsurfing, que me llevó a conocer plazas, iglesias y fuimos hasta San Cristóbal, un cerro desde donde se podía apreciar una vista panorámica de la ciudad.
Todo el día recorrimos el centro histórico de Lima, fuimos al monasterio de San Francisco con sus famosas catacumbas y vimos un espectáculo de fuegos artificiales en la Catedral de Lima por motivo de las fiestas religiosas.

El domingo estuvimos almorzando con la familia de Fanny en Pachacamac, en el restaurante de "Don Cucho", a media hora hacia el sur de Lima. La comida deliciosa, comimos ají de gallina, chupe de camarones, lomo saltado, cabrito, chicha morada y picarones (especie de churros con miel de higos).

Al día siguiente estuvimos en el velero de unos amigos de la familia. Tuvimos que esperar un rato para salir del puerto de Callao, pues al Presidente le dio por ir, justamente ese día por ser la batalla de Miguel Grau (día de fiesta nacional), de paseo en barco y no podíamos zarpar hasta que se fuera!

Pasamos delicioso, a pesar del frío, pues hizo un día muy bonito. Hubo regatas de optimist (pequeñas embarcaciones a vela guiadas por niños) y nos deleitamos con el mar y el viento durante todo el día.

En la tarde regresamos al puerto, tomamos café y luego fuimos a comer a casa de Ricardo y Berta, los dueños del velero.

Al día siguiente me fui de paseo a Miraflores con Izïa, fuimos al mercado indio y a comer helado a la plaza principal. Nos entendimos súper bien; era como verme a mí misma unos (pocos) años atrás!

Pero en la noche de nuevo tuvimos que despedirnos. Otra vez dejar la casa sin saber a dónde me lleva la carretera. Nos encariñamos mucho en esos días y espero volver a verlos pronto! Me atendieron súper bien y les quedo más que agradecida!