lunes, 17 de diciembre de 2007

Buenos Aires en Blanco y Negro




A quienes me conocen saben que siempre me encantó Buenos Aires. Había estado antes de la época de la crisis y lo recordaba como una ciudad europea en Suramérica.
Esta vez, en parte por la crisis que vivió, en parte creo también por mi visión, más crítica con los años, fue una experiencia diferente a la anterior.

Al principio me quedé en la casa de Valeria, amiga de Medellín, ex veterinaria que cambió el fonendoscopio por la cámara y se vino a estudiar fotografía en Buenos Aires. Hacía tiempito que no nos veíamos, así que nos pusimos al día y me dio la inducción a la orientación en Buenos Aires.

Luego Valeria se fue a Medellín y me pasé a casa de Ezequiel de couchsurfing. La comunidad de CS de Buenos Aires es impresionante. Tienen más de 1000 personas y todos los días tienen alguna actividad, así que no faltó fiesta, reunión y concierto de bandas fusión.

Ezequiel, de quien puedo decir que le encanta viajar y conocer viajeros, la fotografía tradicional pues se niega al paso a la fotografía digital y tocar guitarra y que sueña por hobby y trabaja en una juguetería porque de algo hay que vivir, me adoptó por dos noches, con sus dos gatos y conversamos delicioso!

Finalmente me quedé en casa de Mariano a quien conocí porque su papá y mi papá son amigos. Lo había visto alguna vez cuando vine a Buenos Aires con mis papás, pero no me acordaba mucho de él y él tampoco de mí. Lo único que él recordaba era que mi papá le había contado alguna vez que estuvo en Argentina, que a mi me gustaba Vilma Palma e Vampiro (que conste que cuando eso yo debía tener unos 12 años...jajá!). Pasamos varias noches en vela conversando y cocinando. Tratando de arreglar el mundo o al menos nuestras vidas (la de él más que la mía, aunque no me quedé atrás)! Por él conocí a sus vecinos, uno de los cuales tocaba en un sexteto de tango, así que terminé escuchando tangos y luego amanecí conversando con dos de los músicos del grupo...Y aquí fue mi despedida de la capital.

Buenos Aires no deja de ser una ciudad mágica... pero aquí les cuento mi nueva impresión en blanco y negro.

EN BLANCO
El tango, el aire sensual de las calles de San Telmo en la noche, las grandes avenidas, la ropa...La Ropa!!!! Que obviamente no podía comprar. El arte, la oferta cultural permanente, interesante e imperdible. Los porteños... contra cualquier creencia popular, para mí son encantadores y se portaron muy bien conmigo.
Los parques, por todas partes manchas verdes y arborizadas con lagos, llenos de gente que tranquilamente se asolea en traje de baño al borde de cualquier autopista.
La luz brillante del verano, la organización del transporte, que aunque enredado, permite llegar a todas partes incluso a turistas que, como yo, desconocen la ciudad.
Los conductores de micro, que también, en contra de toda creencia popular y digan lo que digan, fueron súper amables, me ayudaron y me orientaron todo el tiempo, pues me movilicé siempre por este medio y el "subte".
Los hombres... no puedo decir que todos los porteños son lindos, pero viniendo de una ciudad como Medellín, donde los tipos lindos escasean, diría que la concentración aquí de potenciales padres de mis hijos es enorme! Jajá!
Las casas de cambio que no pusieron problema en cambiar mis billetes marcados. El valor y respeto que la gente tiene por los artistas. Las librerías que hay por todas partes... es un sueño!

EN NEGRO
Las aceras rotas (casi todas), la falta de semáforos peatonales y los conductores que aceleran en lugar de frenar cuando tratas de cruzar una avenida que obviamente no tiene semáforo para el peatón. La desorganización y congestión del tráfico, el exceso de taxis que parece que se reprodujeran como una plaga.
La caca de perro que encuentras cada 3 pasos en las aceras, parques, calles, edificios... ante la indiferencia de los ciudadanos que no protestan y de los dueños que no recogen...en fin, venir a Buenos Aires y no pisar caca de perro es como no haber venido, como dice Valeria.
Los paseadores de perros que salen con 10 o 20 canes del más heterogéneo aspecto y los llevan a los parques, donde se sientan con los perros amarrados a pasar el día, les cobran a los dueños por eso un dineral... y no recogen la caca!
Los cartoneros que empiezan a emerger de la nada después de las 7 de la tarde, cientos de ellos, con sus carros llenos de material reciclable y que los porteños pretenden ignorar como si fueran invisibles.
Los espectáculos de mal tango en las calles Florida y Lavalle, que solo obstaculizan la circulación y pretenden sacarle plata al turista. La basura en las calles, arrojada por los habitantes y los turistas...

En fin, hubo de todo durante mi estadía en esta ciudad de contrastes... pero sobretodo encontré personas muy lindas con quienes pasé horas conversando, discutiendo, soñando con cambiar el mundo. Dejé amigos, entrañables en esta ciudad que a pesar de todo me sigue seduciendo y a la cual espero siempre poder volver.

De aquí seguí a la provincia de Buenos Aires... con Victoria como primera parada.