sábado, 15 de diciembre de 2007

Ernesto "El Che" Guevara: De la Higuera a Rosario



Quise esperar hasta llegar a Rosario, ciudad natal de Ernesto Guevara, para escribir la historia de La Higuera, último lugar que vio con vida al Che.

Cual no sería mi decepción al darme cuenta que en Rosario no había ni un museo pequeñito en honor al Che. Lo único que encontré fue un letrero rojo, al frente de una casa de departamentos, que indicaba su lugar de nacimiento.

Tomé una foto a la casa (nada especial) y al letrero y me monté de nuevo al auto con Juli, quien muy amablemente me había llevado hasta el lugar y me había advertido que no vería nada.

Así que me limitaré a mi experiencia en la Higuera. Aquí llegó el Che a expandir sus ideas luego de abandonar Cuba, dejando sus cargos políticos y su familia con una carta a Fidel Castro que incluía estas frases:

Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse.
Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas.

Hasta la victoria siempre, ¡Patria o Muerte!
Te abraza con todo fervor revolucionario

El Che


La Higuera es un callejón pequeñito cerca a Pucará, que a su vez está cerca a Santa Cruz, Bolivia.
Todo el pueblo o más bien la calle que lo conforma, es un museo al Che. Esculturas en las calles, grafittis en las piedras, en las paredes de las casas y en las sillas del parque.

A un costado está la escuelita donde por última vez el Che estuvo preso junto a los demás guerrilleros capturados. La escuelita es ahora un museo, donde se conserva su historia, la silla donde se sentó y las cartas, fotos, ropas y "ofrendas" que cientos de personas llevan cada año en su visita al lugar.

Desde el camino se puede ver la quebrada donde fue apresado y todo el trayecto por donde fue conducido.

Nunca salió de la escuela. fue ejecutado, acribillado por una ráfaga de ametralladora y su cuerpo fue transportado a Vallegrande, en cuyo hospital fue depositado en la zona de necropsias que nunca más se utilizó, pues se convirtió en un sitio de peregrinación, así que fue aislado, los artistas llegaron con sus murales y las personas comunes con sus cuentos, historias, firmas sobre las paredes de la pequeña casita abierta que contiene una mesa de cemento sobre la cual reposa un vaso de vidrio con flores frescas que a diario son cambiadas en su honor.

En la pared posterior está pintado su retrato y la carta de despedida que escribió a sus 5 hijos.

Es imposible evitar conmoverse ante la sensibilidad de la gente, ante el espíritu de lucha que despierta y representa la imagen del Ché en la memoria de un pueblo que nunca lo apoyó en vida, que dejó fracasar su proyecto y que ahora trata infructuosamente de retomarlo.

Con las lágrimas en los ojos salí del hospital, pasando la vista por el último anuncio de su última estadía en el lugar:

"Hasta la Victoria siempre
Hasta siempre Comandante"

Rosario



Llegué a Rosario en la tarde y Ale me recogió en el Terminal de buses.
En el camino a su casa pasamos por una iglesia, llena de gente y Ale me contó que era la parroquia del Padre Ignacio, un cura hindú que desde hace muchos años vino a la Argentina y se quedó.
El padre Ignacio tiene capacidades "superiores" y los creyentes lo consideran milagroso. Su fama se ha extendido por el país y vienen personas de todas partes a que el padre los bendiga y los ayude en sus necesidades.

La fama del padre Ignacio es tal, que el año anterior convocó a más de 45oo personas a una celebración, atiende a los fieles con fichas, pues no da a basto y llena completamente su iglesia, los patios y las calles de los alrededores de fieles durante sus eucaristías de los fines de semana.

Si... exacto. Ya adivinaron! Obviamente me fui al día siguiente con Ale a ver al padre Ignacio a las 8 AM.

Valga aclarar que esa noche, es decir el sábado, me fui a conocer la noche Rosarina con Javi el cuñado de Ale que había venido desde Córdoba. Recorrimos la costanera, fuimos a ver encendido el "Monumento a la bandera", único en Suramérica y luego a un bar hasta las 3 AM.

El domingo me levanté a las 7 AM, me tomé un café para el sueño y me vestí para llegar a las 8 AM a ver el fenómeno "Padre Ignacio".
No se lo imaginan... La iglesia estaba llena, al igual que la capilla auxiliar. Los jardines alrededor de la iglesia, encerrados por una reja, también estaban llenos de fieles de todas las edades que venían a pedir la bendición del padre.

A las 8 AM cerraron las rejas y solo quedamos los que estábamos adentro (cientos de personas) y los demás debían esperar hasta la mise de las 11 AM.
Luego de la eucaristía, el padre dio la bendición uno por uno a todos los asistentes. Se demoró hasta el medio día y mientras tanto en la capilla de al lado otro padre daba la misa de las 11 AM, para luego pasar a esos fieles a ser bendecidos también.

La bendición funciona como una consulta médica, organizada y sistematizada. Haces fila según te indica alguno de las decenas de auxiliares que tiene el padre. Llegas donde él, te abraza, te da la bendición y te indica si tienes alguna dolencia o problema de salud.

Luego termina, te suelta y le dice un par de palabras en clave a alguno de los auxiliares que lo rodean. Esa persona te lleva aparte y te da las indicaciones de lo que debes hacer, como una receta médica: "Tome un vaso de agua bendita en la mañana por dos semana y luego uno en la noche por otras dos semanas. Luego repita por un mes más. Lávese la cara y la cabeza con agua bendita con sal y limón todos los días por una semana y rece un padrenuestro, un avemaría y diez credos".
Sólo faltó el clásico "Sírvase confirmar el resultado de ésta fórmula". Luego sales del recinto y no puedes entrar más.

Los testimonios de las personas son asombrosos: El padre detecta embarazos de menos de 6 semanas, problemas de salud, estados de ánimo, cambios de planes... esto atrae cada vez más fieles a su parroquia! Es sorprendente la capacidad del padre de movilizar a las personas!

Además fuimos también a la playa, en una lanchita que nos cruzó el río, y tomamos el sol toda la tarde. Comimos algodón de azúcar, jugamos con los chicos de Ale que son lindísimos: Franco de 8, Matías de 6 y Vicky de 2, quien comparte conmigo el amor por la danza árabe.

Nos reunimos con más amigas de mi mamá de LLL de Rosario en McDonalds (jajaja! No lo había pensado! Nada menos acorde con la filosofía de LLL) y fue muy lindo conocerlas.

Con Ale paseamos por Rosario, por la avenida de la independencia, la costanera, el estadio... en fin, tuve una excelente guía turística y ni que decir de la paciencia de los chicos que aguantaron todos los paseos sin chistar!

Juli, el esposo de Ale me llevó a conocer la casa del Ché donde, ya les contaré, no hay más que un letrero, pero al menos pude tomar la foto reglamentaria.

Finalmente se llegó el momento de irme... me llevaron al Terminal y me despedí de carrera, pero con mucha tristeza! Fueron unos días muy lindos y ojala podamos seguir en contacto siempre!

Santa Fé y Paraná


Mi paso por Santa Fé y Paraná fué corto. El interés real era conocer el puente subfluvial que conecta estas dos ciudades por debajo del río Paraná.

Por lo demás, pues llegué en la mañana, pasee por Santa Fé un rato y luego tomé el bus a Paraná, donde almorcé en la costanera, monté en bici y regresé en la tarde a Santa Fé para tomar el bus a Rosario.

La costanera de Paraná es preciosa, pues a un lado están todas las construcciones de casas lujosas, montadas sobre barracas y con vista al río. Es muy verde y sobretodo muy tranquila. Podría decirse que es la costanera más bonita de Argentina! (bueno, esta última frase es en honor de JJ, quien es de Paraná y se vé obligado a defender la estética de su ciudad natal frente a su familia que no la considera bonita!). Pero la verdad es que si es muy linda, aunque no tuve oportunidad de conocerla muy profundamente.

En la noche tomé un bus a Rosario, donde me esperaba Ale, amiga de mi mamá de la Liga de la Leche.