miércoles, 3 de octubre de 2007

Chiclayo y El Señor de Sipán


Pasamos todo el día e Chiclayo, fuimos a varios parques y al centro. Monté en moto-taxi (la ciudad está llena, no se imaginan la cantidad que hay).

Como pueden ver en las fotos, Magnus es rubio y de ojos azules, así que era el máximo aractivo turístico de Chiclayo, al igual que todos los extrajeros.
Por la calle lo miraban las niñas descaradamente y los niños no podían creerlo. Querían tocarlo, en los parques se querían tomar fotos con nosotros (bueno, creo que conmigo era solo porque ya estaba ahi y entrados en gastos...)...Jajaja! Era muy gracioso ver la escena! Hasta nos pidieron autógrafos los niños del parque!

Luego de que me comí mi pastel de chocolate y obviamente probé el de manzana de Magnus, lo acompañé al terminal.

Él siguió para Lima y yo me quedé en Chiclayo para visitar la famosa tumba del Señor de Sipán.

El Museo Arqueológico de Tumbas queda a unos 20 minutos en combi (busetica pequeña tipo transporte escolar, conducida por "conductor de combi" que son la mayoría de los participantes de "Laura en América").

La historia del Señor de Sipán es la historia de la cultura Moche o Mochica, ubicada en la costa norte del Perú y que se desarrolló hacia el año 250 DC.

La tumba del Señor de Sipán fué un descubrimiento arqueológico importante, pues mostró una cultura preincaica en todo su esplendor, permitiendo el estudio de sus costumbres, ritos y estructura social en un ambiente poco maltratado por los huaqueros.

La historia del descubrimiento es medio sórdida, pues aparentemente la única cámara que fué saqueada fué descubierta por un hombre de la localidad de Sipán y éste a su vez fué descubierto casualmente por la policía mientras buscaban pistas del grupo terrorista "Sendero Luminoso". El hombre fué asesinado por la policía ese mismo año y es la fuerza policial quien se atribuye ahora el descubrimiento de la tumba, con la consecuente indignación de los locales que consideran al huaquero Ernil Bernal Samame el verdadero descubridor.

El museo es espectacular. Piezas de oro, plata y cobre, trabajadas en fina filigrana muestran el impresionante desarrollo cultural y artístico y los dibujos en cerámica y murales la bárbara cultura de Dioses decapitadores, sacrificio de prisioneros y costumbres como la de beber la sangre de los sacrificados.

Para evitar el sufrimiento de los prisioneros les daban a beber el líquido obtenido del cáctus San Pedro, una sustancia alucinógena que aún hoy se utiliza con éste fin.

Lasimosamente en el museo no me permitieron tomar fotos por razones de seguridad, incluso a pesar de mis credenciales de prensa. Debía llenar una solicitud y se demoraban 24 horas en aprobarla... el tiempo es corto, así que sólo hay fotos del exterior del museo.

1 comentario:

Catalina dijo...

bueno amiga al fin hoy me pude poner al dia con todas tu aventuras y me parece que ese viaje cada vez va mejor, las fotos estan super, quedo pendiente de mas historias para que me de mas envidia de tu viaje (de a buena)
cuiadte mucho

Cata