miércoles, 16 de enero de 2008

Santiago de Chile


Luego de más horas y más camiones llegué a Santiago a casa de Carlos y Flyter de Couchsurfing.

Me recibieron a pesar de que ya tenían otros 3 huéspedes... y me recibieron con comida! Venía muerta del hambre.
Había en su casa dos chicas canadienses y un brasilero. Las paredes estaban llenas de cartas de otros cuchsurfers y de papelitos con instrucciones y normas de la casa para viajero,las cuales incluían no acostarse antes de las 8 pm (dada la experiencia previa vivida con un alemán).

Fueron unos días muy "chévres" como diríamos en mi tierra. Cocinamos, comimos, jugamos cartas, trasnochamos, hablamos hasta tardísimo del proyecto de Couchsurfing, de política colombiana, chilena y suramericana en general, de viajar a dedo... en fin, el tema no faltó.

Además me dediqué a recorrer las calles de Santiago, al mejor estilo de Pablo Milanés con su canción "Yo pisaré las calles nuevamente" (como pueden ver en el álbum que a mi me parece, quedó muy bonito!).
Fuí uno a uno a visitar el lugar de los hechos históricos que llevaron a Chile a ser el primer país en elegir un presidente comunista por votación popular, y luego a arruinar su gobierno, bloqueando todas sus salidas para luego ser empujado al suicidio por el General Pinochet quien, en lugar de restaurar la democracia como esperaba USA que apoyó su gesta anticmunista, se adueñó del poder y terminó por restaurar lo material a costa de la sangre, la dignidad y los derechos de los chilenos.

No me interesa entrar en discusión política, pues me pasé en eso mi tiempo en Santiago. Si quieren ver la recreación de esa canción que me llagaba al alma y que nunca creí que podría vivenciar de esta forma tan especial, pueden ver el álbum.

Recorrí pues Santiago, una urbe ejemplar, limpia y ordenada. Con un sistema de trasporte puntual pero poco efectivo por la dificultad que representa entender la estructura de la ciudad. A excepción del metro que si funciona de maravilla. Ahí me abrieron el bolso y trataron, sin éxito gracias al cielo, de robarme!

Visité también la Villa Grimaldi, un mausoleo de recuerdos y espíritus de personas comunes y corrientes que fueron torturados, desaparecidos y asesinados durante la dictadura y que hoy se ha convertido en un parque en memoria de la paz.

También fuí a la Chascona, la casa del poeta Pablo Neruda y recorrí su interior que recuerda un barco o un laberinto o simplemente un verso de su poesía.

Esta casa fué nombrada en honor a su esposa Matilde Urrutia a quien él cariñosamente llamaba "La Chascona" por su pelo rojo y alborotado y quien tuvo que restaurarla luego de que los militares de Pinochet la destruyeran cuando llegaron buscando al poeta, el mismo día del golpe militar de 1973, pues Neruda era comunista y considerado rebelde, pero para ese entonces se encontraba ya en su lecho de muerte.

Finalmente me fuí de Santiago, luego de despedirme de Flyter y sobretodo de Carlos, con quien nos entendimos muy bien.

Salí a la carretera que Va al paraiso... y allí me fuí!

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