miércoles, 16 de enero de 2008

Frutillar y el viaje a dedo (autostop)


De Chiloé salí a Puerto Montt, donde sufrí mi primer accidente de viaje.
Mientras caminaba hacia la terminal de buses tuve que pasar por un área de construcción y una de las cintas que usan para delimitarla se había caído al suelo. Me enredé en ella y como llevaba el morral a la espalda, perdí fácilmente el equilibrio y me caí.

Me raspé las dos rodillas (como niña chiquita), me golpeé la cabeza y me hice una herida en la mano, de la cual me salió sangre.
Las personas muy amables me ayudaron a levantarme y me ofrecieron llamar a una ambulancia. Sin embargo no era necesario. Fuí al baño de la terminal, me lavé y desinfecté la herida de la mano y las rodillas, me puse una venda y me tomé algo para el dolor de cabeza.

Luego almorcé y salí a la carretera a esperar un camión que me llevara a Frutillar. En menos de 3 minutos alguien me paró y me llevó hasta allá y una vez llegué me hospedé donde una señora que alquilaba unos cuartos extra muy baratos (a precio de chile, es decir como a precio de hoteles cinco estrellas de Bolivia).

Frutillar es un pueblito muy alemán a orillas de un lago. Es también famoso por su cultura musical, que se ve reflejada en los sonidos permanentes de música proveniente de instrumentos clásicos (pianos, violines, violonchelos, etc.) que se escuchan salir por las ventanas de las casas.

Recientemente además construyeron un gran auditorio para conciertos que contrasta en tamaño con lo pequeño del pueblo.

Comí tortas y pasteles alemanes, caminé por el lago, recorrí el pueblo y me senté en la noche a conversar con mi anfitriona que me contó toda su historia.

Al día siguiente volví a la ruta, esta vez buscando un camión hasta Concepción... en menos de 5 minutos paró uno y me llevó hasta la ciudad, donde me alojaría con la familia de Cristian.

Hacer autostop en Chile es relativamente seguro, los conductores de camiones son muy amables, las distancias son muy largas, así que siempre les cae bien una compañía y hay solo una ruta principal que recorre el país de norte a sur. Así que para llegar a cualquier lado no hay más que seguir esa ruta hasta la altura de dónde uno quiere ir y ahí tomar otro camión por la ruta perpendicular hasta la ciudad de destino.

Los altos costos en Chile hicieron que tuviera que viajar siempre por este sistema, así que los buses interurbanos chilenos no los conocí!

1 comentario:

Çâiröl dijo...

Wow... tengo que decirle que bastante valiente de su parte montarse en camiones para viajar :)

Pero está bueno el consejo, lo voy a tomar en cuenta cuando ande por alla.
Un saludo!