viernes, 19 de octubre de 2007

Huacachina y la Casa de Arena


Salí de Ayacucho en la noche y llegué a Ica en la madrugada. Los horarios de los buses no tienen sentido. Llegas a algunos lugares a las 4 am, no ha amanecido y no siempre consigues taxi.

Como siempre dejo todo para lo último, no había cambiado suficiente plata. A esa hora era imposible encontrar dónde cambiar, así que me senté en la Terminal de buses a esperar que amaneciera. El chofer del bus vino a conversar conmigo y finalmente me invitó a desayunar, me montó en un taxi, lo pagó y me mandó a la Huacachina! Es posible que yo se la persona más afortunada del mundo... estoy empezando a creerlo!

Mi plan era ir por un día a Huacachina (en Quechua, la que hace llorar), que es un oasis en medio del desierto, famosa por sus tours de sandboard, es decir una especie de surf o snowboard (deslizamiento sobre tabla, haciendo equilibrio), pero sobre la arena del desierto.

Se pueden imaginar las ganas que tenía de hacerlo, pero obviamente sabía que iba a ser costoso. Sin embargo decidí ir hasta allá y averiguar. Quizá podía hacer uso de mi buena suerte nuevamente... uno nunca sabe.

Primero recorrí el oasis y paré en una casa que tenía en la entrada unas hojas de papel con poesías, colgadas como si fueran ropa tendida para secar al sol. Uno de los poemas era justamente el de Antonio Machado con el que inicio este blog. Resulta que el lugar es una biblioteca y ahí conocí a César, un muchacho peruano que la maneja. Hablamos mucho rato de música y de poesía y me regaló algunos libros para el camino.

Volví un par de veces durante mi estadía en la Huacachina, pero no lo pude encontrar de nuevo.

De ahí me fui a buscar un tour de sandboard, pero cuando averigüé el precio en el hotel Casa de Arena... decidí que era una locura. Así que pedí desayuno y mientras desayunaba llegó el administrador del hotel. Me preguntó lo usual: De dónde vienes, de que parte de Colombia, cuanto te quedas, etc...
Le conté que quería hacer sandboard pero que era muy caro y que si no me podía hacer un descuento, pero él en cambio me propuso un trato: Ayudaba en las noches de 7 pm a 1 am en al bar del hotel. A cambio me quedaba en el hotel gratis, me daban las 3 comidas diarias y todo el sandboard que quisiera, es decir 2 veces al día en los buggies si quería. Además el trato duraba el tiempo que yo quisiera!

Esto explica mi ausencia. La última semana la pasé en Huacachina, echada en una asoleadora de la piscina todo el día, a 38 grados a la sombra haciendo dos tandas diarias de sandboard, comiendo como marranito y paseando por el oasis. Espero que ahora sí perdonen mi ausencia!

Como estaba trabajando en el bar, tenía contacto con todo el personal y todos los huéspedes. Hice muchísimos amigos y la despedida fue muy triste. Uno de los amigos que hice, Eben Cathey de Tennessee, Estados Unidos, siguió el viaje conmigo por un tiempo. Él sólo está viajando por 5 semanas, no habla español y es probablemente el gringo más atípico del mundo! Como vamos en la misma dirección seguiremos juntos el resto de Perú y luego yo sigo a Bolivia. Él también quiere ir, pero recién nos enteramos en Huacachina que ahora los Bolivianos le piden visa a los Estadounidenses (bien por los Bolivianos), así que ese resto de trayecto está en veremos!

3 comentarios:

Jorge Gonzalez dijo...

Chiquita, tu publico EXIGE fotos del sandboarding... es increible la cantidad de vainas buenas que te estan pasando, cada vez se pone mejor este paseo... ojo pues fotos!!!

Dinah Machmüller dijo...

hola chica,
como estas? estoy en brasil ahora. muy caliente y no entiendo ningun aqui... :(
viel spass noch und wir sehen uns ja bald in essen bzw. muenster...
liebe gruesse...
dinah

Anónimo dijo...

hola suertuda!!!!
te mando un abrazote y espero que cuando vuelvas por Pasto me acompañes a comprar el BALOTO!!!

Maria Mercedes.