martes, 27 de noviembre de 2007

De Bolivia a Paraguay



Si hay una frase que me dá rábia es "No se puede". No, hay cosas más fáciles y más dificiles... pero todo se puede desde que uno quiera.

Mi idea era ir a Paraguay y la creencia general es que hay que tomar un bus directo de Santa Cruz, Bolivia a Asunción, Paraguay. Este bus cuesta 50 dólares, se demora 35 horas y no para en la región del Chaco paraguayo, dónde se ubican los asentamientos Menonitas que quería ver.

Pasé muchas horas hablando con choferes de bus en las terminales y todos coincidían en que no era posible hacerlo por etapas, pues no conseguiría transporte. Hasta que encontré a Jacinto... un chofer de bus con la actitud correcta. "Dónde hay rutas (carreteras) hay movilidades (autos, buses o cualquier cosa con llantas es denominada movilidad)" me dijo. Luego me trazó una ruta por tramos que seguí fielmente.

Tuve que regresar un poco desde Vallegrande hacia Santa Cruz. Ahi tome un bus local, mucho mas barato que el internacional (costó unos 3 dólares) que me llevó a Camiri y de ahi a Villamontes. En Villamontes tomé un camión a Ibibobo que es el pueblo fronterizo con Paraguay. Ahí me debían sellar el pasaporte de salida de Bolivia.

"De dónde viene?" preguntó el policía. "De Villamontes" le dije.
"Y que estaba haciendo allá?" preguntó. Sonreí porque Villamontes es un moridero. No hay nada para hacer. Es un pueblo diminuto, sucio y desorganizado y posiblemente uno de los lugares más aburridos sobre la faz de la tierra. Mientras estuve ahí no hice más que esperar que pasara una movilidad para irme! Por eso sonreí. "Nada realmente- le dije- sólo estaba de paso". "No se ría! Le estoy hablando en serio... la autoridad soy yo!...Yo sé muy bien que hacen los Colombianos que van por esta ruta", me dijo.

Eso ocasionó que ahora sí no me pudiera quitar la sonrisa de la cara. No podía ser... un policía de un moridero fronterizo Boliviano que se creía de la INTERPOL.

"Y que, según usted, estaba haciendo?" le pregunté.
"Usted sabe muy bien" me dijo.

"Mire señor... estoy cansada de un viaje muy largo. Si tiene pruebas para acusarme de algo que no sé siquiera qué es entonces dígame y yo llamo a mi embajada (así dicen los gringos en las películas y siempre funciona) o si no, selle mi pasaporte que solo quiero irme de su país".

Sin muchas ganas me puso el sello. Tomé un bus hasta Mariscal Estigarribia que es la primera parada Paraguaya y llegué a la aduana al mismo tiempo que el bus internacional que venía de Santa Cruz a Asunción.

Coincidió que en el bus venían dos Colombianos de Popayán, que están viajando en bicicleta. Alinearon las maletas de todos y trataron de pasar a un perro antinarcóticos para que las revisara. Rex (mi perro que es un espíritu totalmente libre que hace lo que le viene en gana) es mucho más obediente que el perro paraguayo antinarcóticos. Era un espectáculo deplorable el ver como el pobre policía trataba de que el perro se concentrara en las maletas.

Finalmente desistió y vinieron más policias a ayudarlo a revisar maleta por maleta. A mí me tocó uno muy simpático. "Puedo abrir su mochila?" preguntó. "Claro,- le dije sonriendo- pero me vuelve a guardar toda la ropa". Miró mi morral atiborrado de cosas y empacado en perfacto orden en bolsitas trasparentes separadas y sonrío. "No, está bien, yo creo que no lleva nada".

A los dos Colombianos les tocó el entrenador del perro que estaba frustrado y de mal genio por su fracaso público. Les sacó hasta el último calzoncillo del bolso y les dijo que esa ruta la usaban los Colombianos para traer droga a Paraguay (no sé para qué si Paraguay se dá su maña en producirla también) y que seguramente a alguno de los 3 no nos dejaban entrar... que rezaran para que fuera a mi.

Uno de ellos entró a la oficina y le dieron el sello luego de un rato. Luego entró el otro y lo dejaron aparte sin sellarle el pasaporte y me llamaron a mi. Yo entré, me preguntaron lo normal (que hago por allá, a dónde voy, de dónde vengo...etc). Contesté todo, incluyendo que era veterinaria. Muy queridos me contaron que la perra de la aduana había tenido perritos, me llevaron a verlos, me pidieron una receta para un purgante... y me sellaron el pasaporte (en casi todas las aduanas he hecho alguna consulta gratuita a cambio del sello!).

Aproveché mientras veíamos los perritos y le conté al policía de lo que me había pasado en la aduana en Bolivia... de como el trato fué absolutamente injusto y que le puse como ejemplo el chico al que no le querían sellar el pasaporte. "Con seguridad no es más que otro aventurero en bicicleta y su único pecado es ser colombiano" le dije. Me contó cómo han cogido cargamentos de droga que van rumbo a la Argentina y porque las medidas de precaución. Pero finalmente le sellaron el pasaporte al chico de Popayán.

De ahí tomé otro camión que me podía dejar en un cruce de caminos dónde debia esperar una movilidad a un pueblo llamado Filadelfia. No sonaba tan mal... porque aún no me había enfrentado al Chaco paraguayo.

Pero luego les cuento el resto.

3 comentarios:

LC dijo...

Hola Nena,
voy a escribir mis propias crónicas de viaje para hacerte la competencia. Ayer y hoy anduve por Honda y Guaduas, en la entrega del informe final del proyecto de extracción de madera en la finca en donde construirán la nueva cárcel de Guaduas -esta con otras 28 que se construyen en otras partes del país son la política actual para el problema de los desplazados.

Como ya han empezado las vacaciones, se ven muchos jóvenes de mochila, en plan de paseo, solos o en grupo, bulliciosos y desprevenidos. Aparecen por todas partes, en las terminales, en los restaurantes de carretera y en los cafés internet... En todos esos rostros sonrientes y alegres creía ver a alguien como tu y me imaginaba cuantas historias les acompañaban.

Es que en Guaduas, justamente, mientras esperaba que abrieran una oficina, pagué una vista de media hora a un café Internet para leer mi correo y por supuesto leer tus últimas crónicas. Deliciosas, divertidas y picantes. Muchos de estos temas ya los conocía por charlas de días pasados; aún así las leí con gusto pues están muy bien escritas.

Creo que te engañas cuando comparas los servicios de transporte rural en Bolivia o Paraguay con Colombia . Si viajas entre cuidades grandes no hay problema, pero cuando tomas un bus entre dos pueblos pequeños todo lo inesperado ocurre. Ayer en la mañana tomé un bus en Honda para ir a Guaduas, son sólo 35 km, cuesta $5.000 y tarda 45 minutos a 1 hora pues es una vía estrecha y pendiente, con cientos de tractomulas a toda hora. Antes llegar a la mitad del recorrido, de repente, se apagó el bus; no había forma de estacionar a la vera de la vía, así que recorrimos en reversa unos 500 m, con indicaciones del ayudante "Dele, dele, dele..." "Téngalo" "Quiebre a la derecha" "Dele, dele..." Llegamos a una casa a esperar a que alguien nos regalara un poco de ACPM, pues el chofer había olvidado aprovisionarsse antes de salir. Éste, después de regañar a gritos al ayudante, a quien culpó por no haberle recordado el tanqueo, logró que un camión parara y nos regalara el poquito necesario para llegar a la estación de servicio unos 3 km después del punto de la varada. Llegamos a Guaduas con una hora de retraso.

Al igual que tu, hablé con otros pasajeros y nos intercambiamos historias, mencioné tu nombre y tu periplo, con orgullo de aventureo superior... Quizás me anime más adelante a contarte mis anécdotas. Un beso Nena,

vale,

LC

Angélica dijo...

Jajaja! Que lindo papi! Depronto mas bien te animas y nos vamos a mochilear juntos!
Un besito!!!

Anónimo dijo...

Hola Luis Carlos, me parece muy bien que le montes la competencia a tu hija con tus historias, depronto te nombran reportero y todo, pues está también muy entretenida tu forma de narrar. Definitivamente es increible cuanto se parecen los países de Latinoamérica. Una preguntica: como es eso de que la política actual para los desplazados es hacer 28 cárceles? Que pena la intromisión pero me gustaría que me explicaras un poquito como funciona la estrategia.
Un abrazo desde la fría Germania
Natalia

PS: Amiguita, a ti también te mando un abrazo! definitivamente eres una guerrera!