martes, 27 de noviembre de 2007

Asunción


Cuando llegue a Asunción, Pili, amiga de mi mamá de La Liga de la Leche, me estaba esperando en el terminal con una amiga.

Fuimos a su casa y conocí a su esposo, Cacho, que era el único despierto a esa hora de la noche. Al día siguiente conocí a los chicos... Helena, Lucas y las chiquitas Laura y Leila.

Los días que me quedé con ellos pasamos delicioso. Fuimos a nadar, a pasear a Sanber, que es el sitio de veraneo cercano, a un mirador... desde el cual solo de veía otro mirador.

Conocí el centro de Asunción, con sus contrastes en las personas, pero sobretodo en la ciudad misma. Las construcciones van desde edificios antiguos con estilo colonial, en los cuales se puede adivinar el esplendor de otras épocas, pero el estado deplorable en que se encuentran actualmente hace que contrasten con los edificios modernos y los monumentos estilo Washington DC.
Por primera vez en el viaje pasé un pequeño susto, pues doblé por una esquina hacia una calle muy sola. Una señora que pasó me dijo: "Cuidado por aquí que la van a robar", así que decidí devolverme, pero bajando por la calle venía un señor con un aspecto... no muy sano mentalmente, digamos.
Así que di la vuelta de nuevo y el señor empezó a seguirme. Pasé la calle y él la cruzó también, así que saqué mi Súper Spray de Pimienta (se acuerdan? El que Juan y Margara me dieron en el terminal de Medellín antes de salir?) dispuesta a usarlo, pero en eso llegué a la esquina de la calle de la estación de policía y bueno, el tipo se dio la vuelta y se alejó. Gracias a Dios... aunque no puedo dejar de reconocer que me muero por usar el spray!

El resto del tiempo la ciudad fue muy tranquila y disfruté mucho los paseos. Además fue mi graduación en la cultura del Tereré, el cual se consume en todo momento. Las personas en la calle llevan termos grandes de agua fría y vasos de palosanto atados a un costado del termo, para tomar tereré todo el día.
Es además una práctica muy social, pues las personas toman todas del mismo vaso, con un pitillo metálico que en el fondo tiene una bombilla con un colador que solo deja pasar el agua pasada por la yerba mate (igual que los de cebar mate, para quienes los conozcan).
Se pone un poco de agua y luego se toma por turnos, llenando el vaso de nuevo cada vez. Las personas en la calle te ofrecen tereré incluso cuando no te conocen, si estás por ejemplo esperando el bus, el señor o señora de al lado puede ofrecerte tereré.

Mi mayor impresión de los paraguayos es de personas amables. Muy amables. Posiblemente los más amables hasta ahora. Su interacción pasa de la amabilidad a la familiaridad. Ni por un momento te sientes extranjero. Basta con pararte cinco minutos en algún lugar y terminas conversando y tomando tereré con alguien, como si lo conocieras de toda la vida!

Pili y su familia no fueron la excepción. Todos me hicieron sentir como en casa y de nuevo fue muy dura la despedida. Además en los pocos días que estuve allá, Pili me hizo de mamá sustituta, así que realmente fue quedar medio huérfana de nuevo. Pero valió la pena haberlos conocido y haber compartido con ellos esos días en Asunción.

Fuimos a bailar salsa una noche a un club cubano, donde bailaban personas de todo tipo, desde gente como nosotros, que solo sabe medio moverse al son de la música, hasta bailarines profesionales que bailan haciendo grandes espectáculos y malabarismos!

También me reuní con Lily y Elizabeth, amigas de mi mama de la Liga de la Leche, que me invitaron a tomar la merienda en casa de Elizabeth con su esposo y su hijo Tobías. Ha sido muy lindo tener siempre personas alrededor que se han portado tan bien conmigo. Creo que eso ha hecho el viaje muchísimo mas fácil!

El día antes de irme, decidimos con Pili despedirme con una comida colombiana. Como siempre, yo creo que sé cocinar, pero luego no sé porque solo tengo la teoría y no siempre está bien. Pero al final, gracias a la asesoría de mis papás termina saliendo bien.
Así que compramos locro, que es maíz blanco entero, lo hervimos en la olla a presión, lo molimos con la molinex y luego, con un plato les di la forma y las asé un poquito. Al día siguiente las terminamos de asar y las comimos al almuerzo con queso, tomate y albahaca! Fue un éxito! Así que ya me gradué en frijoles (en USA) y arepa (en Paraguay)!

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